Ir al contenido principal

Jugando a ser grandes...



Hoy me topé con una escena más de la vida diaria, la cual me trajo algunos recuerdos gratos de la niñez junto a mi hermana mayor Carmen, todo esto ocurrió gracias a que este día estuvo lluvioso y por consecuencia el clima que había estado bastante cálido en días anteriores refrescara de una manera de lo más sorpresiva, y ya que yo resido en un lugar donde días así son escasos, salí a disfrutar de el viento fresco, me recargué en la cajuela del auto aprovechando que la lluvia había cesado un poco, habiendo dejado ese bello aroma a tierra mojada en el ambiente. Desde ese punto observaba la calle cuando de pronto un par de niñas salieron de una casa de la acera de en frente a jugar. Al principio no preste mucha atención hasta que escuché un taconeo extraño, entonces voltee y pude ver lo que pasaba, ese par de niñas de unos 6 ó 7 años de edad habían tomado los bolsos de sus madres y se habían puesto también sus zapatillas, las cuales obviamente eran muy grandes para sus pequeños pies y les dificultaba el caminar, pero eso no les impedía el tratar, colgaban los pesados bolsos en sus hombros al tiempo que entablaban una amena charla de chicas, imitando graciosos gestos de mujeres grandes sofisticadas. Cruzaron la calle y pasaron arrastrando sus zapatillas frente a mí, no pude evitar reírme ante esta maravillosa escena llena de inocencia, lo primero que pensé fue que esas zapatillas se arruinarían con el trato que les estaban dando, ya que nosotras las mujeres sabemos que ese calzado no es muy barato, fue entonces que me recordé junto a mi hermana jugando a ser mujeres mayores cuando teníamos mas o menos esa edad, usando los zapatos de tacón de mamá, arrastrándolos por toda la casa, recuerdo también que tomábamos su maquillaje y lo usábamos, e incluso habíamos inventado un juego llamado "las exageradas", nos pintábamos de los colores más fuertes que encontrábamos y no nos gustaba respetar los bordes, nos colgábamos sus collares e inventábamos cientos de historias sobre mujeres ricas y presumidas, pero claro, todo esto lo hacíamos cuando mamá no nos veía, pero cuando nos descubría nos regañaba por tomar sus cosas, durante el juego nosotras reíamos y nos divertíamos mucho. Hoy recordé a través de esas niñas una bella etapa junto a mi querida hermana Carmen, donde ambas estábamos juntas e inventábamos miles de juegos, momentos inolvidables para mi, que aunque solo se viven una vez, existirán por siempre en mi mente y en mi corazón, esperando que a ella sienta igual que yo.

Comentarios

  1. Hola Claudita!, lamento haber llegado tarde, pero aqui estoy como siempre!!. despues del saludo la ovacion! :)
    Yo estoy completamente seguro que su hermana añora tambien esos momentos y jamas podra olvidarlos. Aunque no tuve la dicha de ponerme los zapatos de mi madre por razones ovias, si me toco observar a mis tias, primas, amigas hacer eso, feusese como una tradición inquebrantable, como un hecho que debe de debe!. Podria contar facilmente a las mujeres que nunca lo hicieron, pero seria dificil contar a las que repitieron esos juegos, en mi caso tambien soñaba con crecer, para vestirme como grande! jajaja! pero hoy creo que si pudiese, me regresaria sin titubear.
    pero todo tiene un ciclo y espero ver a mis nietos queriendo ponerse mis zapatos. sera divertido verse en el espejo del destino.

    Gracias por compartir y
    Adelente que voy de tras de ti! :)

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias George por su comentario, muy gracioso se hubiera visto con los tacones de su mamá... jajajaja... gracias a Dios no lo hizo, jejejejeje, pero así es el curso de esta vida ya vivida a traves de vida misma. Gracias por leerme.

    Claudia Sanchez.

    ResponderEliminar
  3. Bonitos recuerdos Claudia...

    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Agradezco de antemano sus comentarios, son realmente bienvenidos.

Entradas populares de este blog

Solo observando desde la banca...

Bella hoja que te meces al compás del viento Es fascinante observar  tu suave movimiento Es como si el te diera nueva vida por momentos Tanta que al moverte se escucha un murmullo lento Eres esa pequeña parte verde del árbol Que piensas que por ser tan pequeña desapercibida pasa tu existencia Pero he visto que solo tú te meces diferente Con mucha energía y hasta cierto grado de alegría Te has hecho cómplice del viento Con tu baile le has conquistado y cada tarde el viento viene a provocarte, porque esa es su forma de admirarte Pero a la rama del árbol por ahora perteneces Sueñas con ir más lejos en compañía de tu amigo el viento Temes un día entusiasmarte y del árbol desprenderte Has olvidado una cosa, que tu tiempo junto al árbol no es permanente Un día el viento decidido vendrá y soplara tan fuerte que no importa cuanto quieras aferrarte, y lista debes ponerte, porque tu sentido de aventura terminará por poseerte Entonces sabrás que hay más allá d

"Viejos sentimientos"

Así que es allí donde yacen los viejos sentimientos, han perecido después de la ardua lucha por subsistir. ¿A dónde han huido los sueños y los planes? Acaso el temor del mismo fatal destino los ha ahuyentado? Y después de todo el principal protagonista fue el primero en darse por vencido, aun no perece y no lo hará, pero el sufrimiento comenzará de ahora en adelante. ¿Cuál es el propósito de una existencia como está? Después de un inicio tan prometedor termina de repente todo hecho pedazos, sin ánimos de reconstruir sobre las ruinas de la vida, preguntas sin respuestas, recuerdos de un desenlace que nunca ocurrió, alimentan ya este vacío presente, señalando por siempre el lugar donde yacen los viejos sentimientos...

Vamos por el 3er. día

Enero 11, 2019 Día 3 Me sorprendo de mí misma por seguir con está tarea, y de las cosas que me voy dando cuenta conforme sigo avanzando en la lectura del libro. Muchas de las palabras escritas quedan resonando en la mente durante la jornada diaria, y te hacen ver la forma en que te vas conduciendo por la vida, de las muchas cosas te estas perdiendo por tener miedo, y luego te preguntas ¿en realidad a que le tienes miedo? Y la respuesta que viene al instante es: no lo se, miedo a fracasar cuando intentas algo nuevo, miedo a que se burlen de ti, muchas cosas, pero en realidad ni siquiera lo puedes definir. De eso precisamente habla este capitulo del libro, de ir hacia adelante siempre, sin temor a emprender nuevos caminos, a creer que realmente somos capaces de muchas cosas, que dentro de nosotros existe mucho talento, dejar de tener miedo a vivir una vida que no nos satisface. Muchas veces pasamos demasiado tiempo haciendo o viviendo situaciones que no nos agradan, y callamos,